¿QUÉ ES LA MISOGINIA?
La palabra misoginia está formada por “miseo”, odiar, y “gyne”, mujer. La misoginia es la actitud de odio, aversión y desprecio de los hombres a las mujeres. El hombre considera inferior a la mujer, lo que le lleva a degradarla y a pisotearla.
El objetivo de la misoginia es la deshumanización de la mujer, llevándola tanto a lo más alto (la Virgen María de la creencia cristiana) como a lo más bajo (cualquier ramera). Es decir, una mujer ya sea calificada como “puritana” o “prostituta”, siempre será culpa de la mujer.
Esta creencia de que la mujer es inferior al hombre ha sido justificada por cuestiones religiosas, biológicas y pseudocientíficas. Las ciencias, las religiones, la ideología política y la mentalidad colectiva han distribuido las funciones sociales y han definido los conceptos de hombre y mujer.
Sin embargo, se trata de una mera creencia, ya que no existen datos empíricos de la inferioridad de la mujer. Es más, está avalado científicamente que las mujeres son igual de capaces que los hombres. Pero, desde una perspectiva misógina, que la mujer sea biológica, intelectual y moralmente inferior son hechos que justifican el odio hacia las mujeres.
La misoginia lleva tanto tiempo en el mundo, en la cultura o en las actitudes que incluso el lenguaje se ha hecho partícipe de fomentar la misoginia. Solo hay que darse cuenta de la cantidad de insultos y palabras malsonantes relacionadas con el sexo femenino que existe en el idioma castellano: “bruja”, “histérica”, “amargada”, etc.
HISTORIA DE LA MISOGINIA
La concurrencia de diversos factores sociales, económicos, ideológicos, religiosos, económicos y culturales han afectado a la situación, las condiciones de vida y la consideración de la mujer a lo largo de la historia. La minusvaloración de la mujer varía dependiendo de la sociedad y de la época, existiendo diferencias entre estatus y funciones entre los dos sexos. Siempre justificada por la supremacía natural del hombre y la diferencia de capacidades, excluyendo a las mujeres de determinadas funciones. Es decir, la historia enmarca a las mujeres en un rol de subordinación, adoptando los varones una posición de dominio.
La misoginia en las distintas épocas históricas
Analizando la historia se observa como desde los inicios se muestra desprecio por las mujeres. La misoginia ha prosperado en diferentes niveles, pasando por la ilustre filosofía griega con Aristóteles, por ejemplo, la que contribuyó al desarrollo de occidente, por lo que el legado de la misoginia es patente. Las masacres de brujas durante la Edad Media, siendo uno de los capítulos más vergonzantes del cristianismo. Continuando con los ataques hacia mujeres en callejones londinenses por manos de Jack el Destripador. Siguiendo por los ataques del siglo XX a los talibanes con el objetivo de ir en contra de sus mujeres y suprimir su sexualidad. Hasta llegar a la evolución actual de la imagen de bruja, la femme fatale de la tradición cinematográfica, donde la mujer adquiere un papel seductor y despiadado que tiene como único fin hacer la vida imposible al hombre.
Sumisión, abnegación, rigidez, soledad, aparentar, sonreír levemente, recato, saludar, mantenerse ajena a la tristeza, gentil pero distante, vivir con una sensación de vacío existencial perenne y someterse a los hombres, desde el marido hasta Dios. Estas con solo algunas de las características que las mujeres en la Edad Media y a principios de la Edad Contemporánea debían acatar. La historia ha maldecido a aquellas mujeres que no se dejaron dominar por a estas conductas ni por los hombres, en definitiva, mujeres con personalidad propia. En cambio, los hombres únicamente eran malditos por el sufrimiento provocado por una mujer.
El legado de la misoginia en la historia
Las mujeres de dichas épocas estaban encarceladas en sus propias vidas, sin posibilidad ningún de desarrollo personal. Frustradas y culpabilizadas por nacer mujer vivían con ansiedad ante el miedo que la sociedad les suscitaba. El estereotipo femenino va más allá de la época y el estereotipo psicológico llega hasta la sociedad actual. Incluso los prejuicios marcarán la concepción sobre algunas enfermedades mentales que serán consideradas típicamente femeninas, como por ejemplo la histeria, que fue limitada a lo femenino.
Puede que no haya existido historia que se haya salvado de las sombras de la misoginia, ya que la historia fue escrita por hombres y por lo tanto se habla de la historia de “él”, del impacto del varón. De esta manera se puede caracterizar la historia “como producto de una sociedad patriarcal en la cual el papel y las contribuciones de las mujeres han sido descartados u olvidados”.
EL PERFIL DE MUJER IDEAL DAÑINO PARA LA SALUD MENTAL FEMENINA
Existen varios aspectos misóginos en la siguiente descripción del perfil de la mujer ideal, descripción que se basa en todas aquellas paradojas que la sociedad y el hombre imponen a la mujer para que ésta no sea capaz o tenga que sufrir por la emancipación.
Crítica el concepto imposible y dañino de «la mujer ideal»
“La mujer debe ser natural a la par que perfecta, tiene que ser bella e ir acicalada adecuadamente». En la sociedad actual está bien visto el no tener complejos, pero siempre y cuando esto vaya ligado a no tener defectos.
Además, la mujer debe ser inteligente, pero no debe serlo más que su hombre, ya que como dice el dicho “detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer”. A un hombre nunca hay que avergonzarle y mucho menos en público.
No es adecuado mostrarse histérica ni enfadada. La mujer debe sonreír pase lo que pase y mantenerse guapa, que es lo único que debe ser. Haciendo alusión a otro dicho “quien bien te quiere te hará llorar”, por lo que, el hombre que haga llorar a una mujer lo estará haciendo por el bien de la mujer.
La misoginia
La bisexualidad de la mujer está permitida siempre y cuando su pareja oficial sea un hombre, claro. Ser lesbiana también es aceptado, bueno no siempre, hay que ser lesbiana y femenina para ser aceptada.
También está bien que la mujer opine, pero lo ideal es que opine como las demás. La mujer independiente está bien vista, pero cuando haya algún problema económico es necesario acudir al varón, ya que gana más que la mujer y es el único que puede rescatarla y darle protección.
Sobre la alimentación, la mujer debe comer de todo, pero al mismo tiempo debe estar ideal para el marido.
Por último, en el lecho la mujer debe ser virgen a la vez que experimentada. Es decir, la mujer debe de estar experimentada en el tema para que el hombre no tenga que acudir a otras mujeres para encontrar placer, pero debe ser casta con los demás. Es decir, que el conocimiento sexual se deberá adquirir viendo películas o por osmosis.”
LA MISOGINIA, LA VIOLENCIA MACHISTA Y EL FEMINISMO
Una de las grandes evidencias de la existencia de la misoginia en la sociedad actual son los múltiples casos de violencia de género, machismo, abusos sexuales u agresiones sexistas. Donde, está más que demostrado que las actitudes misóginas son potenciadoras de la violencia hacia la mujer.
A diferencia de momentos históricos anteriores, el siglo XXI ha apostado por la erradicación de la violencia hacia la mujer, por ejemplo, fomentando la sensibilización social y realizando modificaciones legislativas. La importancia del problema ha sido reconocida y ahora solo queda el desarrollo de soluciones ante este problema. La implicación en la investigación es crucial para detener estos comportamientos misóginos y comprender la repercusión de esta atrocidad en el contexto actual; como en las relaciones entre hombres y mujeres, el entorno escolar, el laboral, etc.
Psicología en Bilbao con perspectiva feminista
La misoginia ha sido el principal obstáculo en el proceso de empoderamiento de las mujeres, bloqueando el proyecto personal de emancipación de la mujer durante los siglos. Y la única solución a la ideología misógina es el feminismo. El odio hacia la mujer por parte del hombre solo puede ser erradicado mediante la igualdad entre los sexos, solo así se podrá poner fin al prejuicio más nocivo para la mujer.
Paula Martín Castresana
Codirectora, Psicóloga General Sanitaria y Psicoterapeuta Integrativa del Centro DAMAR.
Bibliografía
Bosch, E., Ferrer, V. y Gili, M. (1999). Historia de la misoginia. Palma de Mallorca: Anthropos Editorial.
Bosch, E., Manassero, M. A y Ferrer, A., V. (1992). La misoginia medieval y su repercusión en el concepto de enfermedad mental de la mujer. Revista de historia de la psicología, 13(2), 329-334
Ferrer, V. A. y Bosch, E. (2000). Violencia de género y misoginia: Reflexiones psicosociales sobre un posible factor explicativo. Papeles del psicólogo, (75), 2.
Holland, J. (2010). Una breve historia de la misoginia: El prejuicio más antiguo del mundo. Editorial Océano.
Madrid, M. (1999). La misoginia en Grecia. Madrid: Ediciones Cátedra, S. A.
[…] Esto inicia a partir de la etapa infantil, así que se debe enseñar a los niños a construir relaciones basadas en la igualdad y que sean capaces de luchar en contra de aquello que dificulta la armonía en la sociedad. De igual forma es necesario enseñar a las mujeres a tomar conciencia sobre sí mismas, siendo dueñas de sus decisiones, disfrutando plenamente de sus derechos en condición de igualdad y libertad, acabando con la cultura machista y sobre todo la misoginia. […]
Yo no considero a la mujer, ni inferior ni diferente al hombre en cuanto a derechos, pero siento un gran desprecio hacia ellas, no me gusta ni que me toquen ¿Que puedo hacer?
Hola Alejandro, gracias por tu apertura y honestidad en cuanto a este tema. Sería interesante que pudieras indagar en ello mediante un proceso de psicoterapia acompañado por tu psicóloga de confianza. Seguro que existe un motivo que te genera esa limitación en el trato con mujeres. Esperemos que puedas encontrar tu respuesta y las maneras para poder ir sosteniendo el contacto femenino. Un fuerte abrazo!
porq hay personas q decimos q nuestra historia es misoginia.