¿QUÉ ES LA RESILIENCIA?
En muchas ocasiones escuchamos conceptos psicológicos que nos suenan pero que realmente no acabamos de entender del todo lo que significan. Por ello, en este blog nos hemos propuesto explicar de manera sencilla uno de estos conceptos tan escuchados: la resiliencia.
> ORIGEN Y DEFINICIÓN
Este concepto fue divulgado por Boris Cyrulnik, un psiquiatra psicoanalista y neurólogo francés. Aunque, éste lo extrajo de los escritos de John Bowlby, autor de la Teoría del Apego.
Desde la Psicología entendemos por resiliencia la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias difíciles y/o problemáticas. Es la capacidad humana para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y salir de ellas fortalecido/a, e incluso transformado/a.
Según Fraser, Richman y Galinsky (1999): “La resiliencia implica: 1) sobreponerse a las dificultades y tener éxito a pesar de estar expuestos a situaciones de alto riesgo; 2) mantener la competencia bajo presión, saber adaptarse con éxito al alto riesgo; y 3) recuperarse de un trauma ajustándose de forma exitosa a los acontecimientos negativos de la vida.”
Existen dos tipos de adversidades: la catástrofe (fenómenos naturales, enfermedades, etc.) y la atrocidad (todo aquello que un ser humano pueda provocar a otro). Sorprendentemente, las personas hacen uso de una serie de factores protectores ante las situaciones adversas. De esta manera logramos sobreponernos a la adversidad, crecer y desarrollarnos adecuadamente. Así, pese a los diagnósticos desfavorables, logramos la oportunidad de madurar como seres adultos competentes y funcionales.
Es decir, la resiliencia es un conjunto de procesos sociales y mentales que posibilitan tener una vida “sana” en un medio “insano”. O dicho de otra manera, saber aprender de la derrota y transformarla en una oportunidad de desarrollo personal.
> FACTORES DE RIESGO Y DE PROTECCIÓN
La resiliencia es el resultado de un equilibrio entre factores de riesgo, factores protectores y la personalidad del ser humano. Las personas resilientes se caracterizan por su capacidad de utilizar factores protectores cuando están expuestos a un conjunto de factores de riesgo. Algunos ejemplos de estos factores son:
> Factores de riesgo: se trata de cualquier característica de una persona o comunidad que va ligada a una alta probabilidad de perjudicar la salud.
> Factores de protección: se trata de cualquier condición o ambiente capaz de fomentar el desarrollo de individuos o grupos, e incluso de disminuir los efectos de situaciones desfavorables. Estos factores pueden ser tanto externos (integración social, apoyo de alguien significativo), como internos (seguridad, empatía, confianza en uno mismo).
> ¿SE HACE O SE NACE?
La resiliencia no se trata de una cualidad innata, a pesar de lo que muchos puedan pensar. No es raro, y a veces es cómodo caer en pensamiento como “yo no soy tan fuerte”, “yo he tenido una vida distinta”, “si hubiera tenido más apoyo”. Pero se trata de una cualidad que todo el mundo puede ir desarrollando a lo largo de la vida.
A base de perseguir una actitud determinada que ahora planteamos, y con la responsabilidad de variar ciertos hábitos y pensamientos, recalcamos que cualquier persona puede lograr integrar la resiliencia en su vida.
Una persona resiliente no nace, se hace. Es un proceso que requiere tiempo y esfuerzo, pero donde la persona es capaz de rescatar lo mejor de sí misma, teniendo en cuenta tanto sus fortalezas como debilidades. No se trata de ignorar la adversidad, sino de hacerle frente.
> LOS PILARES DE LA RESILIENCIA (Wolin, 1999)
Una vez sabido que la resiliencia es una capacidad que puede ser desarrollada por cualquier persona, os dejamos 10 actitudes básicas relacionadas con la resiliencia:
1. Introspección
Capacidad de preguntarse a uno/a mismo/a y darse una respuesta honesta.
2. Autorregulación emocional
Independencia y autonomía emocional. Es la capacidad de mantener distancia emocional y física. Saber fijar límites.
3. Capacidad de relacionarse
Habilidad para establecer lazos e intimidad con otras personas.
4. Motivación esencial e iniciativa
Autoexigerse y ponerse a prueba.
5. Actitud positiva y optimismo
Sentirse capaz de hacer frente a la situación, sin obviar las dificultades.
6. Sentido del humor
Encontrar lo cómico en la tragedia.
7. Creatividad
Crear orden, belleza y finalidad a partir del caos y el desorden.
8. Confianza
Confiar en uno/a mismos y en los recursos propios.
9. Compromiso
Capacidad de compromiso y coherencia de actos y/o actitudes.
10. Moralidad ética
Deseo personal de bienestar a toda la humanidad.
> “EL DOLOR ES INEVITABLE, EL SUFRIMIENTO ES OPCIONAL”
Por último, os invitamos a un pequeña reflexión y para ello os dejamos parte de una entrevista realizada a Boris Cyrulnik.
Patricia Expósito y Paula Martín
Psicólogas Sanitarias del Centro DAMAR.
Agradezco todo este material elaborado porsonas que descubren en su vocacion la importacncia de compartir las grandes expeiencias, conocimientos, etc…
Ha sido muy eficiente la información que he adquirido a través de estow medio…
Gracias!!!
Y, sigamos siendo nosotros mismos y dejando ser a los otros…